sábado, 30 de julio de 2011

CIUDAD// El grafiti un arte que se expresa en las calles

Grafiti: Expresión de la cultura urbana

Por: Alexander Barazarte Gudiño


Con el transcurrir del tiempo las ciudades de nuestro país se han convertido en una inmensa galería de arte urbano. En sus calles, avenidas y autopistas se encuentran grafitos realizados por jóvenes quienes ven en este oficio, un estilo de vida.Los grafiteros crean una nueva manera de hacer arte, donde no sólo expresan ideas y sentimientos, sino también dejar a un lado el género clásico, es decir la pintura, pincel y el lienzo; para dar paso a un género libre y creativo donde las paredes, las vallas y el espray son los protagonistas de este arte popular.

Por consiguiente, las calles son los principales escenarios en el que se pone en manifiesto la creatividad e innovación de estas personas. En superficies expuestas al público, las cuales son consideradas como un medio de comunicación alternativo, donde pueden exponer sus mensajes para que todos visualicen esta habilidad artística de manera gratuita. Por lo que sus representaciones han hecho de los asentamientos urbanos grandes museos de la cultura callejera.

Los grafitis es la voz de las calles y las ciudades es el reflejo de la sociedad. En este sentido, las paredes o espacios públicos nos cuentan la historia de lo que somos, es la voz de quienes no son escuchados, siendo el canal para aprobar o rechazar acciones, denunciar problemas sociales o simplemente para marcar el territorio de pandillas. Sin embargo, para muchos ciudadanos esta expresión es considerada como un acto vandálico, por el exceso de grafiti en lugares inadecuados, además que en su mayoría se realiza bajo la luz de la luna y con el temor de ser descubierto. 

Por tanto, La cultura callejera es un género que se caracteriza por su estilo y autenticidad, aunque para muchos esto representa una problemática amenazadora para la tranquilidad y la convivencia, mientras para otros es un estilo artístico representado por las calles el cual se debe admirar. 

Para Danny Reyes, grafitero, considera que el grafiti “es una forma de expresión, donde se demuestra lo que uno siente, de esta manera se desahogan las emociones positivas y negativas que podamos tener y hasta es una forma para liberar el estrés”. 

Según el diccionario de la Real Academia Española, define los grafitis como “letreros o dibujos generalmente agresivos y de protesta, trazados sobre una pared”. 

En este sentido, Reyes acotó que, “el grafiti no es sólo es hacerlo en las paredes, aquel típico grafitis que vez en la calles, sino que también se hace en otras superficies, como en hoja de papel, tubos o piedras por decir algunas; con el fin de dejar un mensaje o una reflexión que sea vista por todos”. 

Cuando salimos por la ciudad de Caracas, entre el bullicio de la capital y las largas colas por el auge vehicular, podemos deleitarnos observando la variedad de colores que utilizan y el ingenio que tienen los grafiteros para realizar sus obras. Además, es sorprendente el lugar donde lo hacen, la cual no es sólo en los lugares de fácil acceso, sino también en las alturas, en vallas gigantes, muros de puentes y autopistas, edificios, entre otros sitios en el que ponen en riesgo sus vidas. 

“Me gusta hacerlo en la calle, en todas parte. Por lugares donde pase mucha gente y que llame la atención”, comentó Reyes. Del mismo modo, estos tienen que hacerse de forma rápida y en la clandestinidad, “en dos minutos si es posible, antes de que llegue la policía, esto es adrenalina, y es lo que me gusta”, afirmó Reyes. 

Entre tanto, Reyes comentó que existen diferentes tipos de grafiti, entre ellos los que son considerados “vandálicos” y los “legales”. Es decir, - el vandálico, es aquel grafiti que se hace en lugares donde no debería de hacerse, como fachadas de edificios, señales de tránsito, frentales de casas o locales comerciales, metro, autobuses, etcétera. “Estos deben hacerse lo más rápido posible antes de que lleguen los policías y te quiten los potes o te lleven preso”, acotó Reyes con una sonrisa sarcástica.

 - Los legales también conocido como murales, son aquellos que se hacen relajado, con un permiso, donde se puedes expresar lo que se quiere sin que nadie te moleste, debido a que se está autorizado para eso. Este tipo de grafitis son los que se hacen para el Gobierno, fundaciones sin fines de lucro, universidades o empresas privadas, quienes desean transmitir un mensaje o promocionar algo – dijo Reyes. 

De este modo, el rayado de paredes causa un sentido de placer y satisfacción a los autores, Reyes así lo expresó, “uno se sienten satisfechos cuando pasa por un sitio y ve su grafiti”. Bien sea con permiso o no, ellos ponen en juego su imaginación, sin usar un esquema para la ejecución de sus pinturas, siendo necesaria solamente una “lata” y un área limpia para plasmar lo que su mente le dicte. 

Para los grafiteros lo interesante del arte está en la rapidez que se necesita para dibujar algo y la zozobra de que alguien lo descubran, para ellos esto es la adrenalina de lo que hacen. “A mí me gusta hacer grafitis legales, pero no tanto como los que son considerados vandálicos”, confirmó Reyes. 


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El oficio del grafiti a medida que ha pasado el tiempo ha venido evolucionando, utilizándose en diversos contextos o ambiente, por lo que se ha generado diferentes definiciones, que depende de su objetivo, técnica, estilo y superficie. 

Es un movimiento artístico o subgénero de la pintura, pero también uno de los cuatros elemento que conforman la cultura hip hop. Su nombre remota desde tiempo del Imperio Romano, que significa en italiano “marcas o inscripción hecha rascando o rayando un muro”. 

Durante la década de los 60 y 70, en Estados Unidos se hacían grafitos en las paredes como medida de protesta al Gobierno. Luego las pandillas de los barrios se apoderaron de este oficio para identificar sus zonas, es decir, escribían sus nombres en los lugares donde ellos mandaban o tenían el control. De esta manera, el grafiti se fue propagando por toda Latinoamérica y conformándose como un movimiento de expresión urbana. 

Por años fueron madurando en las paredes de los baños públicos, en los vagones de los trenes, en los billetes, en los para choques de los camiones. Fuera de allí no tenían legitimidad, no podían competir con la pintada política, ni con la publicidad en general. 

Cosa que hoy en día ha sobrepasado los límites, interviniendo en la propiedad y lugares de carácter público, haciéndose dueño de los espacios limpios para satisfacer la necesidad social e individual de comunicarse y expresarse. 

Generalmente, los grafiteros influenciados por la cultura hip hop se caracterizan por escribir sus nombres o MC (maestro de ceremonia), sin embargo hay quienes van más allá, lo utilizan para hacer marketing, campañas política, dejar mensajes y reflexiones, exclamar auxilio, perdón o hasta expresar su amor por alguien. 

“TE AMO MARIA” 
“FELIZ CUMPLEAÑOS LUIS” 
“(..) INDEPENDENCIA Y REVOLUCIÓN (…)”

Otros se esmeran por realizar dibujos, híbridos trazados con técnicas de profundidad que le dan vida y significado a lo que hacen. Monstruos donde el color y la forma le dan originalidad a la obra.


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La creatividad de estos artistas permite mostrar en las calles un arte que involucra lo real y lo irreal. Ana Quiroga, Psicóloga Social, lo define como un "pensamiento divergente, que busca nuevas formas de exploración, de conocimiento y de expresión de lo real (...). La creatividad es por esencia transgresión (...) en tanto explora, busca nuevos caminos, nuevos significados, nuevas formas de vida y expresión".  

“Cuando uno hace un grafiti, lo hace para desahogarte, para botar energías”, dijo Reyes. Explicó también que “en ese momento de éxtasis, ocurren miles de ideas las cuales se plasman en la pared, dando como resultado lo que ustedes pueden ver por cualquier rincón de la urbe”. 

Para Quiroga, estas manifestaciones creativas o artísticas "introducen una ruptura entre la cotidianidad y la representación familiar, debido a que representa a lo cotidiano de una manera que es contradictoria con esa familiaridad que encubre. Desenmascara porque introduce el asombro, los interrogantes, abre un espacio para comprender, pensar, reflexionar". 

"Los que utilizan la pared para ser escuchados con ésta antigua técnica del grafiti son el brote de una nueva generación de jóvenes hartos de que nada ocurra, de que nada cambie. Jóvenes que reclaman un mundo un poco menos asfixiante, cansados de tantos tabúes dogmáticos", explicó Nelson Fernández, Sociólogo. 

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Adictos al aerosol: ¿el grafiti se puede convertir en un vicio? 

“Al principio lo tomé como una moda, pero fui aprendiendo el estilo y ahora se convirtió en mí día a día, se volvió cotidiano y con hacerlo me siento bien. Nosotros no dañamos las paredes, sino más bien hacemos en ella nuestro arte, dándole una mejor imagen”, comentó el grafitero Reyes. 

El grafiti es un estilo de vida, “con el me siento satisfecho”, aseguró Arturo Peña, grafitero. Asimismo, manifestó que en una semana debe dibujar por lo menos un grafitis. 

“Para mí esto es como el cigarro para él quien fuma, considero que es imprescindible para mi vida hacer grafiti, es mi vicio, lo admito”, manifestó Reyes. 

Todo en exceso es dañino, por tanto como estos artistas callejeros se ven en la necesidad de expresar sus inspiraciones en cualquier lugar sin importar dónde, crean un ambiente hostil para la vista de algunos miembros de la sociedad venezolana. 

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“Los grafitis dañan la imagen de la ciudad, lo ideal es brindar espacios públicos especiales para ellos y abrir exposiciones para publicar y dar a conocer sus obras de arte de manera responsable, sin esconderse en la clandestinidad”, opinó Rafael Santoyo, vía Facebook. 

Más allá de ser considerado vandálico, es un arte que amerita atención, ser incluido dentro de las galerías formales, para pasar de un ambiente callejero a un salón de arte moderno y espontaneo de la juventud. 

De lo contrario, estos artistas, quienes se están expandiendo por todas las ciudades del país, van a continuar acechando paredes limpias para hacer de ella, un vasto escenario de la cultura urbana, cultura libre, donde los grafitis irrumpen dando algo así como un color imprevisto al decorado. Modificando la escenografía y desestructurando el rutinario transcurrir de los pueblos y ciudades. 

De este modo, imponen otros ritmos, otra visión de hacer cultura, porque cuentan con un arte poderoso, donde las calles son portavoces de sus emociones y sus obran son piezas que despierta la indiferencia de muchos. Debido que de alguna manera, las personas se manifiestan en pro o en contra, pero no pueden obviar que en el conglomerado citadino se esconde una nueva forma de pensar, “y es a través de las paredes el medio para pintar con libertad, sin que nadie nos cuarte el derecho a expresarnos”, reflexionó el grafitero Peña. 

El grafiti es, en definitiva, una de las maneras de recobrar la palabra, una práctica popular y creativa de agrietar los discursos monolíticos del poder y las instituciones, que generan rechazo, risas, asco, adhesión y polémicas dependiendo del contexto o circunstancia, así como del publico que se sienta aludido por lo que se exprese en él, porque dentro de este arte, se trabaja con libertad, sin atadura de ninguna índole.

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